Por Anahí Pacheco Mantilla
Un día como cualquiera, en donde el olor de las flores de cempasúchil inunda las calles del mercado de la colonia, la gente ajetreada caminando de un lado a otro, panaderos horneando hojaldras, comerciantes colocando en vitrinas de cristal las majestuosas y tradicionales calaveritas de azúcar, todos con la esperanza de vender más que en tiempos de pandemia. Y es que en el pensamiento sólo está presente la increíble presentación dancística del 24 de octubre en el Auditorio del Complejo Cultural Universitario de la Buap en donde mis sentidos mi mente y mi esencia misma desconectaron de esta cruel realidad, motivo de angustia y preocupación de la ciudadanía.
Y es que como mezclar la maravilla de la danza con la devastadora situación económica, como comparar a tan espléndidos, artísticos y delicados movimientos contra injusta realidad que impide que los muertos sean recordados con verdadera devoción, ansia y alegría. Es realmente obsoleto ver que el mundo de los muertos no es tan diferente al mundo de los vivos, porque los vivos están viviendo como si estuvieran muertos, el andar con pasos lentos por las calles del mercado es como andar en un suelo de espinas rodeado de flores, el recuerdo de un ayer artístico, juvenil y musical aflora en el más profundo de los pensamientos que son caudal de intangible realidad imaginada, en donde las oportunidades no son equitativas ni justas. Y es que, ¿Cómo? ¿Cómo pueden dormir “ellos” en paz? Como es que el México lindo y querido no puede ser tan lindo como debería, ni tan querido por sus gobernantes.
En un mundo de jóvenes universitarios qué tan mala puede ser la vida, qué tan difícil puede ser el observar la magia del mundo que nos rodea, qué tan difícil pueden ser irse a sentar a una sala de auditorio a las cinco de la tarde rodeados de luces, juventud y sonrisas locas, pero qué tan cruel es la realidad de los adultos, en donde el dinero es realmente la base del todo, del sustento, de la celebración y de los cruciales momentos, que preocupación tan inmensa el saber que la problemática está por caer en manos de los menos afortunados, en los que no pueden pagar los precios ni vivir tranquilamente, y es por eso que hoy me pregunto si presenciar la danza curará las heridas y preocupaciones del ahora, para alentar y trascender a un mundo diferente en el mañana, pero por ahora ¿Quiénes son los muertos? ¿Para quién celebramos el día de los muertos? Para los cuerpos muertos con almas vivas o para los cuerpos vivos con almas muertas.
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